miércoles, 17 de marzo de 2010

La Controversia marítima entre Chile y Perú

La defensa chilena ante la comunidad internacional, exige a la Corte de la Haya no fallar en límites terrestres sobre el contencioso jurídico que tiene con el Perú. El argumento que la Cancillería chilena envió a La Haya, sostiene abstenerse de dirimir la petición peruana de cambiar el límite terrestre. Por otro lado, la atribución para oficiar de arbitro es Estados Unidos, según lo establece el Tratado de 1929.
Además, no es necesario que el Perú pida al Tribunal que intervenga en el Tratado de 1929, que configura la frontera terrestre entre Chile y Perú, donde firma como garante Estados Unidos. Sin embargo, si es necesario, de acuerdo al Tratado, que Estados Unidos tenga que ser el mediador en establecer los límites como lo estipula uno de sus artículos, donde sitúa el origen de la frontera terrestre más al sur del Hito Nro. 1, punto fijado como el inicio del límite.
Por otra parte, el límite marítimo entre Chile y Perú, ya fueron fijados en los Tratados de 1952 y 1954. Y no como argumenta, el Perú, que fueron Acuerdos y no Tratados. Al respecto, en dichos Tratados o Acuerdos, el Perú entregó la posesión legal de territorio marítimo a los pescadores chilenos, y cerca de setenta años a estado protegida por las fuerzas armadas de Chile. En tal sentido, el Estado de Chile y los pescadores asumieron la posesión legal y física del espacio marítimo.
Por lo tanto, la demanda de Perú interpuesta contra Chile ante la Corte de la Haya, de pretender reclamar la nacionalidad del territorio marítimo ocupado por Chile, no procede por ser competencia de Estados Unidos, de mediar el arbitraje, tal como lo declara el Tratado de 1929.
Asimismo, en Santiago, el presidente chileno dijo, que: “...vamos a defender con mucha firmeza y prudencia nuestro territorio, nuestro mar, nuestra soberanía y nuestros límites, y los legítimos derechos de nuestro país...”.
Por lo demás, se entiende que el conflicto es bilateral; pero también se entiende que para poder consultar sobre la controversia marítima entre Chile y Perú. Se tendría que ver las sentencias parecidas a la demanda del país demandante, en este caso el Perú; en tal sentido, se dispondría de su jurisprudencia para que se tome como referencia algunas sentencias de procesos judiciales sobre enfrentamientos por límites o invasión de tierras, con el fin de emitir una debida resolución.
En el Perú, los litigios de tierras por invasión de propiedades que pertenecen al Estado, forman parte de la carga procesal de la justicia. Y son en muchos y en la mayoría de casos los inquilinos o invasores de terrenos o casas, los que enfrentan demandas interpuestas por el Estado ante la Corte de Justicia; por lo tanto, en las sentencias, el ganador es casi siempre el demandado, en este caso, el posesionario; teniendo en cuenta el jurado en su resolución, a los que mayor tiempo han ocupado las tierras en litigio, sin que estos tengan ningún tipo de documentación que amerite su pertenencia. Y en algunos casos, a los que tienen documentación de haber pagado ciertos tributos; que al término del juicio hace que se emitan sentencias favorables para los demandados.
En 1950, el área de Lima era reducida; pero, conforme transcurrió el tiempo, después de grandes invasiones se a formado extensos conos y nuevos distritos en la capital y provincias.
En relación con la estrategia del Perú, sobre la confrontación limítrofe con Chile, es dilatar el tiempo por un territorio marítimo que lo ha perdido hace mucho tiempo atrás, entregándolo a los chilenos a través de Acuerdos o Tratados. En realidad a los peruanos no les importa el territorio en disputa, lo que pasa, es que están haciendo figuritismo político para sus campañas. En consecuencia, están creando problemas a Chile; y al mismo tiempo, están desafiando y obligando a Chile a enfrentar una guerra. Una guerra donde el objetivo sería eliminar la lacra de peruanos que Chile siempre a odiado y despreciado. Por esta razón, Chile querrá vengarse, y si la guerra fuera hoy mismo, el objetivo principal sería: “exterminar a todos los peruanos, de todas clases sociales, sin excepción de nadie”.
Por último, si la Corte de la Haya no desiste y falla a favor de Perú, habrá guerra. Igualmente, si la Corte de la Haya desiste, habrá guerra.

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