En febrero del 2014, la CIA de
Caracas y la CIA de Lima dirigían una conspiración desestabilizadora para
derrocar el gobierno de Maduro.
En el Perú, la CIA de Lima dirigía a
los medios de comunicación para que muestren sus portadas a favor de Capriles (reconocido
agente de influencia de la CIA de Caracas), cuyo potencial representalos grupos
de poder venezolanos controlados por una de las salas secretas de computo
satelital psicotrónico del cuartel general de la CIA de Estados Unidos.
En esos días, Ollanta a través de su
gobierno emite un comunicado a favor de Capriles, traicionando al presidente
Maduro de Venezuela, aparte que lo invita para realizar una reunión en Lima.
Detrás, de esta invitación están los
planes de Ollanta con la CIA de Lima para pronunciarse contra Maduro, y así,
seguir ejecutando la conspiración contra el presidente Maduro, cuyo objetivo es
derrocarlo de la presidencia.
En Santiago, Piñera declaró ante los
medios de comunicación que el triángulo terrestre es chileno. Y en Lima,
Ollanta dice lo contrario, y viaja a Israel para firmar acuerdos de cooperación
de Defensa y otros.
En los cables de la embajada de
Estados Unidos de Santiago y Washington, se informa la declaración de Piñera
relacionado con el triángulo terrestre entre Perú y Chile. Al mismo tiempo, la
CIA de Lima tiene el contenido de los cables y filtra en secreto esta
información a sus agentes.
La guerra climática entre Perú y
Chile, clasificado sus operaciones de alto secreto, puede transformarse en una
guerra convencional.
El 19 de febrero Barack Obama dice
que va a invadir el mar de Venezuela con la complicidad de Perú, Colombia y
Brasil.
El 20 de febrero, Ollanta le
demuestra a Maduro ser el traidor a la revolución bolivariana, y estar de
acuerdo con los planes de la CIA de Lima y la CIA de Caracas.
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