martes, 23 de marzo de 2010

Cual tendría que ser la posesión de la Haya después del atentado terrorista climático de Perú contra Chile

En el caso de la demanda peruana contra Chile ante el Tribunal Internacional de Justicia de la Haya, por el conflicto de límites de un espacio marítimo en la frontera entre Perú y Chile, tendría este Tribunal desistir su competencia o declararla improcedente, por dos razones:
La primera, porque Estados Unidos es el arbitro, puesto que así lo establece el Tratado de 1929. Y la segunda, porque el Perú atentó el Debido Proceso que le sigue a Chile en esta misma Corte, al cometer atentados terroristas con armas climáticas en el territorio chileno, tras haber ocasionado un terremoto y un tsunami y más de 120 réplicas, y haber asesinado a más de 800 chilenos, y causado perdidas por más del diez por ciento del ingreso bruto de Chile.

Diario secreto de la guerra climática de Perú contra Chile

La CIA de Lima y la Ogro están saboteando y conspirando la embajada de Chile en Lima

En la portada de la revista “Caretas” del 04 de marzo del 2010, tiene un mensaje de doble sentido; la primera, la foto de un edificio en Chile partida en dos. Y la segunda, dice: “Chile advertencia”, este último filtra un mensaje de amenaza, que da a entender, que en el futuro, otros grupos de peruanos van a operar armas climáticas para provocar más terremotos, tsunamis; y de seguro provocarán erupciones en los volcanes que están fuera y en actividad en el territorio de Chile. Quiere decir que el Perú le está declarando la guerra a Chile, la guerra donde los peruanos han disparado mísiles nucleares sísmicos, en los trece días que duro la operación peruana desde su base satelital en tierra, disparando ondas de alta frecuencia a sus blancos: el norte y sur de Chile.
Pero, ¿Quienes están bien metidos en esta guerra y quienes la provocaron? _ Los que la empezaron fueron la estación de la CIA de la embajada de Estados Unidos en Lima y los presos de la prisión CIA de Lima, llamada la prisión de la Ogro, la prisión maldita que comenzó a planear destruir Chile y asesinar a sus habitantes, provocándole terremotos y tsunamis.
Pero, por otro lado, las actitudes de sus funcionarios de la embajada de Chile en Lima, en el momento del sismo y después de ella, no estaban preparados para ese tipo de guerra, es más sus agregados militares no tenían conocimiento de la operación secreta peruana, que fue clasificada de alto secreto por el alto mando de inteligencia de Chile. La misma embajada que en secreto está espiada y controlada psicotrónicamente, por los peruanos de la estación de la CIA de Lima y el grupo de la prisión de la Ogro.

miércoles, 17 de marzo de 2010

La Controversia marítima entre Chile y Perú

La defensa chilena ante la comunidad internacional, exige a la Corte de la Haya no fallar en límites terrestres sobre el contencioso jurídico que tiene con el Perú. El argumento que la Cancillería chilena envió a La Haya, sostiene abstenerse de dirimir la petición peruana de cambiar el límite terrestre. Por otro lado, la atribución para oficiar de arbitro es Estados Unidos, según lo establece el Tratado de 1929.
Además, no es necesario que el Perú pida al Tribunal que intervenga en el Tratado de 1929, que configura la frontera terrestre entre Chile y Perú, donde firma como garante Estados Unidos. Sin embargo, si es necesario, de acuerdo al Tratado, que Estados Unidos tenga que ser el mediador en establecer los límites como lo estipula uno de sus artículos, donde sitúa el origen de la frontera terrestre más al sur del Hito Nro. 1, punto fijado como el inicio del límite.
Por otra parte, el límite marítimo entre Chile y Perú, ya fueron fijados en los Tratados de 1952 y 1954. Y no como argumenta, el Perú, que fueron Acuerdos y no Tratados. Al respecto, en dichos Tratados o Acuerdos, el Perú entregó la posesión legal de territorio marítimo a los pescadores chilenos, y cerca de setenta años a estado protegida por las fuerzas armadas de Chile. En tal sentido, el Estado de Chile y los pescadores asumieron la posesión legal y física del espacio marítimo.
Por lo tanto, la demanda de Perú interpuesta contra Chile ante la Corte de la Haya, de pretender reclamar la nacionalidad del territorio marítimo ocupado por Chile, no procede por ser competencia de Estados Unidos, de mediar el arbitraje, tal como lo declara el Tratado de 1929.
Asimismo, en Santiago, el presidente chileno dijo, que: “...vamos a defender con mucha firmeza y prudencia nuestro territorio, nuestro mar, nuestra soberanía y nuestros límites, y los legítimos derechos de nuestro país...”.
Por lo demás, se entiende que el conflicto es bilateral; pero también se entiende que para poder consultar sobre la controversia marítima entre Chile y Perú. Se tendría que ver las sentencias parecidas a la demanda del país demandante, en este caso el Perú; en tal sentido, se dispondría de su jurisprudencia para que se tome como referencia algunas sentencias de procesos judiciales sobre enfrentamientos por límites o invasión de tierras, con el fin de emitir una debida resolución.
En el Perú, los litigios de tierras por invasión de propiedades que pertenecen al Estado, forman parte de la carga procesal de la justicia. Y son en muchos y en la mayoría de casos los inquilinos o invasores de terrenos o casas, los que enfrentan demandas interpuestas por el Estado ante la Corte de Justicia; por lo tanto, en las sentencias, el ganador es casi siempre el demandado, en este caso, el posesionario; teniendo en cuenta el jurado en su resolución, a los que mayor tiempo han ocupado las tierras en litigio, sin que estos tengan ningún tipo de documentación que amerite su pertenencia. Y en algunos casos, a los que tienen documentación de haber pagado ciertos tributos; que al término del juicio hace que se emitan sentencias favorables para los demandados.
En 1950, el área de Lima era reducida; pero, conforme transcurrió el tiempo, después de grandes invasiones se a formado extensos conos y nuevos distritos en la capital y provincias.
En relación con la estrategia del Perú, sobre la confrontación limítrofe con Chile, es dilatar el tiempo por un territorio marítimo que lo ha perdido hace mucho tiempo atrás, entregándolo a los chilenos a través de Acuerdos o Tratados. En realidad a los peruanos no les importa el territorio en disputa, lo que pasa, es que están haciendo figuritismo político para sus campañas. En consecuencia, están creando problemas a Chile; y al mismo tiempo, están desafiando y obligando a Chile a enfrentar una guerra. Una guerra donde el objetivo sería eliminar la lacra de peruanos que Chile siempre a odiado y despreciado. Por esta razón, Chile querrá vengarse, y si la guerra fuera hoy mismo, el objetivo principal sería: “exterminar a todos los peruanos, de todas clases sociales, sin excepción de nadie”.
Por último, si la Corte de la Haya no desiste y falla a favor de Perú, habrá guerra. Igualmente, si la Corte de la Haya desiste, habrá guerra.

A los peruanos nadie los va apoyar

En los gobiernos de Fujimori, Paniagua, Toledo, García, se han cometido maldades horribles por dinero y salvajismo. Las mafias y la corrupción gubernamental siempre han sido la misma, con la misma gente de siempre: políticos, militares, policías y personajes de todas las clases sociales. En un país donde sus ciudades y sus pueblos no están a la altura, de un país como Chile. Por el contrario, están acostumbrados a ser ladrones, cobardes, violadores y criminales. En un escenario donde el contrabando y la piratería están en la calles de todo el país, protegidos por autoridades corruptas y pervertidas, acostumbrados al soborno.
Con esa clase de muchedumbre a quien le interesa lo que le sucederá al Perú. Más aún, si Chile se venga del Perú por haberle ocasionando un terremoto y un tsunami y más de 120 réplicas. Su venganza sería hacerle lo mismo, pero con un sismo que se trague todo Lima o peor que eso todo la costa del departamento de Lima; o sino declararles la guerra convencional; o mejor que eso, exterminar a toda la raza de peruanos del mundo; o por último, todo arrasar con todo al Perú hasta desaparecerlo del mapa de la tierra. Nadie lo impedirá, ni las organismos internacionales, ni sus vecinos, ni su aliado secreto que le rentó la base en tierra de comando central de computo de guerra sismológica que controla las armas satelitales, ni sus enemigos. Además, los analistas políticos internacionales saldrían a favor de Chile; asimismo, la ONU no lo va ha poder impedir; pero, si lo va a apoyar con su silencio. Por otra parte, la OTAN apoyará a su aliado Chile por considerarlo una fuerza disuasiva letal estratégica en Sudamérica.

El plan de los peruanos

Los peruanos tienen más planes para ocasionar más terremotos, tsunamis, y más sismos en Chile. Es una guerra sucia que rompe todas las leyes internacionales ante una demanda por la limitación marítima entre Perú y Chile, donde Chile tiene una enorme ventaja. Por lo tanto, el ataque sismológico que Perú le ocasionó a Chile (desde el 27 de marzo al 11 de abril del 2010) amerita la aprobación de que los peruanos sean exterminados; por último, la guerra la empezaron los peruanos demostrando crueldad a los chilenos, sin importarles la vida de sus mujeres y sus hijos; contrariamente, a la falsa personalidad que aparentan los peruanos; al mismo tiempo, su estrategia de siempre es hacerse las víctimas; como lo hacen ante la Corte de la Haya por el espacio marítimo en disputa con Chile, encima si les conviene el desarrollo del proceso, quieren obligar a los chilenos a que respeten las decisiones de la Haya, como si nada hubieran hecho.

sábado, 13 de marzo de 2010

Análisis forense de la guerra climática de Perú contra Chile

A partir del 27 de marzo del 2010, un terremoto y tsunami, y más de 120 réplicas asolaron a Chile, en 13 días, manteniendo paralizados a miles de sobrevivientes. Además, en el cambio presidencial chileno, del 11 de marzo, en la mañana, durante el acontecimiento. Los operadores de computo peruanos atacaron con los satélites sismológicos a más de 1,200 invitados, y al presidente Sebastián Piñera, quien recién acababa de juramentar, originando tres sismos, tres sismos bien planeados, desde la noche anterior en el que causaron otras réplicas.
Sin embargo, detrás de todos estos eventos se está realizando la guerra sísmica, la guerra donde en secreto un grupo de peruanos están atacando a Chile con satelitales sísmicos con base de monitoreo en tierra. Este grupo de operadores de computo han tenido acceso para operar armas climáticas, satélites que disparan ondas de alta de frecuencia, que hizo que produjera el terremoto de 8.8 grados Richter y un tsunami, seguido de fuertes sismos con peligro de ser arrasados por más tsunamis y terremotos.
Los satélites de guerra climática actuarían como una gran arma ionosférica, el más potente del mundo. En este sentido se trata de la más sofisticada arma geofísica construida por el hombre.
Esta historia empieza así, con la antesala del desenlace de la guerra climática, que aparentemente se origina de la controversia marítima entre Perú y Chile, en un marco coyuntural en que Chile exige a la Corte de la Haya no fallar en límites terrestres sobre el contencioso jurídico que tiene con el Perú. El argumento que la Cancillería chilena envió a La Haya, sostiene abstenerse de dirimir la petición peruana de cambiar el límite terrestre. Por otro lado, la atribución para oficiar de árbitro es Estados Unidos, según lo establece el Tratado de 1929.
Desde hace mucho tiempo atrás, tras el conflicto marítimo con Chile. En secreto, un grupo de agentes de la comunidad de inteligencia peruana planeaban destruir las principales ciudades de Chile, para quebrar su defensa y su economía, con la complicidad de un país que en secreto tiene armas satelitales que causan terremotos, temblores y tsunamis. Se sabe que Estados Unidos, Rusia, y algunos países de Europa y Asia, tienen estas armas climatológicas, unas más desarrolladas que otras; pero, las mantienen en secreto. Por ejemplo, una constelación de satélites geoestacionarios tiene la capacidad de emitir: 01 GW = 1.000.000.000 W, es decir un billón de ondas de radio de alta frecuencia las cuales penetran en la atmósfera inferior e interactúan hasta ocasionar catástrofes y destrucciones masivas.
Incluso, para demostrar que era en serio, hicieron un plan que en secreto lo hicieron difundir el 31 de diciembre del 2009, en el diario chileno “
Las Últimas Noticias”, que desvelaba unas predicciones de un vidente salvadoreño, “para el 2010 en Chile habría un terremoto muy grande”. Y la segunda parte del plan de que el terremoto habría surgido por las fallas tectónicas de Nazca (oceánica) y la Sudamericana (continental), con el fin de justificar el terremoto como si hubiese sido provocado de forma natural, cuando en realidad no fue así.
Hasta que el día “D” de la operación había llegado, tenía que ser ejecutada, el plan estaba trazado, tenía que ser antes de que asumiera el mando el presidente Piñera de Chile.
En la madrugada del sábado 27 de marzo, 34 minutos antes del ataque, a las 3:00 a.m. Un grupo peruano de operadores de computo satelital de guerra sísmica, observaban desde una estación en tierra, que opera con armas satelitales climáticas que navegan en el espacio, se preparaba punteando el blanco antes de bombardear ondas de alta frecuencia que tienen que ser disparadas desde los satélites. Al mismo tiempo, otro grupo de peruanos que parecieran ser el alto mando de esta operación de guerra, daba la orden de ataque contra el enemigo, en este caso bombardear el objetivo, el teatro de operaciones de ataque estaba desde el espacio hacia el territorio centro y sur de Chile. Este último grupo es el comando central, el que en secreto y otros altos funcionarios de inteligencia del Estado peruano, entraron en acuerdo con un país poseedor de los satélites de guerra, para rentar por un determinado tiempo las computadoras sismológicas con base en tierra que controla los satélites geoestacionarios de guerra climática, es por esta razón la información se mantiene en alto secreto, son contados los que saben de esta operación. Sin embargo, Estados y Chile saben que países y quienes están detrás de esta operación, que intereses se han ofrecido de por medio, que acuerdos secretos han pactado, que países enemigos son los dueños de los satélites, y cuales son sus objetivos.
En algún lugar, en la estación en tierra, el centro de computo de guerra climática que había sido rentado a los peruanos se encontraban operando las computadoras, espiando todas las ciudades chilenas antes de atacarla, los blancos estaban siendo calibrados en los ordenadores, se estaban midiendo las ondas que dispararían los satélites, armas de guerra de un potencial altamente destructivo que provoca incalculables daños inmensamente letales para los seres vivientes que residen alrededor de un radio de miles de kilómetros del blanco, un terremoto de 8.8 grados Richter, que de ahí para adelante habría más de 120 sismos y hasta tsunamis.
A las 3:30 a.m., el comando central de la operación, un grupo contado, que no pasan de diez agentes peruanos ordenaron el disparo de los satélites sismológicos.
Pero en ese instante, los satélites espías, gravaban las regiones donde iban a ser atacadas, en una amanecida de un domingo de verano, cuando laboraban en turno nocturno las fábricas, las panaderías, los hospitales, las estaciones de policía y las terminales de los buses de viaje interprovincial. Y cuando la mayoría los chilenos estaban pernoctando, durmiendo y soñando. En otras, cuando regresaban de las fiestas del fin de semana a media noche. Un sábado entrando para el domingo, el día de descanso, el día de las misas y salidas de paseo. Una madrugada aún oscura, antes del canto de los pájaros en los parques, antes de la amanecida del clásico domingo de la mañana.
Cuando de pronto, a las 3:34 a.m., empezó a temblar todo muy fuerte, a sacudir las casas, a moverse todo, a escuchar el llanto de los bebes, los gritos de los niños y mujeres, que despertaban y chillaban de susto, escandalizados la mayoría se escuchaba una sola palabra, que decía: ¡terremoto! ¡terremoto! ¡terremoto!.
En esos momentos lo que hagan los chilenos, a donde corran los primeros 20 segundos era fundamental para salvarse de ese evento aparentemente sísmico. Cada segundo que pasaba sacudía más fuerte las paredes, algunas víctimas veían con miedo como empezaban a quebrarse enormes concretos de los techos, como caían polvos por todas partes porque empezaban a desplomarse, los pisos se movían de un lugar a otro, en otras se formaban zanjas, no se podía parar ni correr, algunos se escondieron debajo de sus camas, hasta que empezaron a desmoronarse los edificios y casas. El estado psicológico de los chilenos estaba entre el sueño y el miedo; cada segundo que pasaba los volvía más desesperados, más alterados, con pánico, hasta llegar a un estado de psicosis colectiva, al miedo total, a ver los rostros horrorizados de todos. Algunos a ver como aplastaban las paredes a sus familiares o como pedían auxilio cuando morían; en otras, como las madres gritaban llorando con sus hijos, por todos lados lloraban y rezaban, parecía el fin del mundo. Habían casas derrumbadas con familias aplastadas, en la calle habían heridos y todos sucios deambulan perdidos con pijama. Había llamadas colectivas de celulares para saber de sus seres queridos, y cuando caminabas por las calles escuchabas en todas partes que alguien lloraba porque a alguien habían perdido o a alguien le había pasado alguna desgracia. Parecía que las ciudades chilenas habían sido bombardeadas por naves de guerra que al término del ataque quedaron los sobrevivientes; y que en todo el territorio del supuesto terremoto, donde los sobrevivientes eran toda una gran masa que les había sorprendido un evento catastrófico; que ha destruido la mayor parte de pistas y puentes de las principales zonas del centro y el sur de Chile, y que ha desbastado gran parte de la capital y provincias, dejándolas incomunicadas, sin corriente, sin teléfono fijo y sin agua. Después de un rato de la espantosa catástrofe, los helicópteros de los militares chilenos, en pleno vuelo, observaban como se habían derribado las fabricas, las industrias, los hospitales, los edificios, las casas, y las propiedades estratégicas del Estado chileno; que dejó como resultado la muerte de más de 800 chilenos, y un buen número de heridos y desaparecidos.
Mientras que los operadores peruanos se pusieron contentos al ver de cómo estaban engañados los sismólogos chilenos del Centro de alerta del Pacífico, cuando aseguraron que es muy probable de un segundo terremoto en la zona central de Chile.
Sin embargo, el fin de mes de febrero un tsunami destruyó las costas del centro sur de Chile, y días después el balneario de Constitución fue arrasado por un tsunami que lo destruyó casi todo y, de forma oficial mató a 78 personas. De la misma manera, en la localidad de Mariscadero fue arrasado por el tsunami desapareciendo 100 personas y, en la isla Crusoe hubo ocho muertos y veinte desaparecidos. Y también, en el archipiélago de Juan Fernández, desaparecieron decenas de personas. Así también, después de dos potentes sismos en dos ciudades sureñas chilenas de Concepción y Constitución, que provocaron la alerta sobre la inminente llegada de un devastador tsunami. Siguió la réplica de magnitud 5,6 y otra de 6 grados, que se produjeron con solo seis segundos de diferencia, según el Instituto Geológico de Estados Unidos (USGS). El primer sismo fue a las 4:58 de la tarde, hora local (2:58 p.m. de Perú) y su epicentro se ubicó a 27 kilómetros de profundidad bajo el mar, a unos 33 kilómetros al suroeste de Valparaíso y 115 de Santiago, frente a la localidad costera de El Tabo. En solo unos minutos las calles se llenaron de vehículos que iban a los sectores altos, respondiendo a las advertencias de la policía y los bomberos que habían pedido con altavoces retirarse de los sectores más bajos. Fue tal el pánico generado que hasta en Concepción una ciudad que tras la destrucción del terremoto enfrentó saqueos y desabastecimientos, que dieron motivo de que varios periodistas levantaran sus cámaras y comenzaran a huir despavoridos. De inmediato los conductores detuvieron bruscamente sus autos e incluso algunos giraron en forma violenta para retirarse a las zonas más altas, y el embotellamiento que generaban era enorme en la vía que conectaba a su destino. “¡Por favor diríjanse a las partes altas! ¡Alerta de tsunami!”, repitieron en altas voces los carros policiales. Sin embargo, más tarde esa misma oficina descartó el tsunami.
Al día siguiente, en los centros de las ciudades más afectadas, cientos de miles de chilenos víctimas del devastador sismo esperan la llegada de auxilio, no tienen agua ni alimentos, ni medicina de primeros auxilios. En algunas ciudades habían saqueos, es por esta razón la ex presidenta Bachelett ordenó la movilización de más de 14 mil militares a las regiones del Maulle y Concepción. Además del toque de queda.
En medio de la guerra sismológica , el 01 de marzo, a miles de kilómetros del sur de la capital de Chile, una avioneta se precipita a tierra hasta estrellarse, donde murieron seis de sus tripulantes que iban a colaborar con los damnificados del terremoto. Que pasaba, que el avión había sido bloqueado por los satélites que emiten ondas electromagnéticas, digitada desde su base en tierra, los operadores de computo satelital sismológico derribaron el avión, para sabotear su misión.
El 02 de marzo, continuaban unas 48 personas atrapadas bajo los escombros de un edificio de 14 pisos que colapsó en la localidad de la Concepción, de donde se rescataron 25 personas y se retiraron 08 fallecidos.
El 07 de marzo, en un hospital de campaña de la localidad de Hualpén, la más desbastada del terremoto, penetraron 23 de profesionales peruanos en Chile, quienes coordinaban con los hospitales Concepción y Talcahuano. Al mismo tiempo y en tiempo real, los operadores que estaban en el comando central de la operación sismológica contra Chile, observan la reacción de los militares chilenos de la penetración peruana, de que tanto estaban preparados los chilenos para defenderse de más ataques sismológicos, y como reaccionarían en una guerra convencional comandada por el Perú, en la invasión del espacio aéreo para atacar las regiones estratégicas de defensa del centro y sur de Chile. Asimismo, en los monitores de las computadoras de guerra sismológica que rentaron los peruanos para atacar a Chile, se gravaron en forma continua, sin parar ningún instante, todas las informaciones de las actividades de los más altos mandos de defensa chilena, y sobre todo, la del presidente Sebastián Piñera, por si enfrentan una guerra sorpresa, una guerra inesperada en los cuatro años programados para la reconstrucción del país, que ha arrojado perdidas por un valor del 10 % del ingreso bruto de Chile. De la misma forma que las fuerzas armadas de Chile han tenido pérdidas por más de 1.300 millones de dólares. Y del mismo modo que tuvieron 02 bajas y 48 desaparecidos.
También, esta operación quedó demostrada en el cambio presidencial chileno, durante la entrega de mando de la mañana del 11 de marzo. Cuando los operadores de computo peruanos atacaron otra vez con los satélites sismológicos, con el objetivo de hacer temblar el Congreso, y sabotear a más de 1,200 invitados, entre ellos al príncipe Felipe de Borbon de España, varios presidentes de otros países, y en especial al presidente recién juramentado, Sebastián Piñera. Originando tres sismos, tres sacudidas bien planeados, desde la noche anterior en el cual causaron otras réplicas. La misión de ese ataque fue sabotear los planes de conversación de los invitados, crear malestares en la juramentación de sus ministros, y manipular psicológicamente al presidente Piñera, con el fin de mantenerlos controlados con el miedo de que ocurra otro sismo, y sobre todo, de que no se filtre información de la operación sismológica contra Chile a los presidentes invitados, de que está siendo ejecutada por peruanos en el arrase de chilenos, la matanza de familias completas, y la tortura física y psicológica de miles de sobrevivientes, y de miles y miles de chilenos más que no quieren correr el riesgo de ser las próximas víctimas.
De ahí en adelante, en la base de computo del comando central del país que rentó las armas climáticas, han estaban los peruanos matando chilenos, creando más sismos, más de 120 réplicas, algunas con magnitudes superiores de los seis grados Richter, derrumbando más edificios en Concepción, creando el miedo y la psicosis a mujeres y niños, amenazando con más tsunamis, en una operación suicida al estilo los kamikazes japoneses de la 2GM, porque cuando los chilenos reaccionen nadie los salvará de su venganza.
Los principales enemigos de los chilenos están en la comunidad de inteligencia peruana y sus contactos en el exterior. Están también en el grupo de la Ogro, una de las peruanas más malvada, más pervertida, más salvaje, que vive encerrada como rata en una de las prisiones de la CIA, que está desafiando al enfrentamiento entre la CIA de Lima versus la CIA de Santiago. La primera, pieza clave para identificar quienes son los autores del genocidio sismológico cometido contra los chilenos, porque ellos suministran información psicotrónica a los peruanos de las actividades de defensa estratégica de Chile.

Juan Valdivia
Director de “Contrainteligencia”
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